<description>C&amp;oacute;mo de excepcional estar&amp;aacute; siendo todo que el Deportivo nos arrincona, nos desarma y nos fuerza a hablar de aquello que llevamos ocho temporadas evitando porque la mejor manera de evitar el dolor es no pensar en &amp;eacute;l. Y aqu&amp;iacute; nos ten&amp;eacute;is, obligados a hacer &amp;iexcl;Cu&amp;aacute;nto sufrimos, Mart&amp;iacute;n! Podcast: The Football Episodes, una secuencia de programas alternativos a nuestra t&amp;oacute;nica habitual en los que consumimos la mayor parte de minutos hablando de f&amp;uacute;tbol, de c&amp;oacute;mo se juega, de los resultados que se obtienen, de los acontecimientos en un rect&amp;aacute;ngulo de c&amp;eacute;sped que antes se nos asemejaba a una c&amp;aacute;rcel de ilusiones y ahora parece una sucursal minifundista del para&amp;iacute;so en la tierra, un espacio de posibilidades en el que el Deportivo gana partidos y nos proporciona algo que acaso los fil&amp;oacute;sofos llamaron felicidad pero que Benjam&amp;iacute;n y Manuel, mucho m&amp;aacute;s modestos en sus aspiraciones mundanas, se conforman con bautizar como &amp;ldquo;un momento de maldita calma en ocho a&amp;ntilde;os de penurias, oh, dios m&amp;iacute;o, s&amp;iacute;, gracias, por fin, no somos dignos, aunque un poquito s&amp;iacute; lo somos, acaso ser&amp;iacute;a mucho pedir, no es por ambici&amp;oacute;n sino por salud mental, prolongar esto durante tan solo siete partidos m&amp;aacute;s y permitirnos gozar de la modest&amp;iacute;sima manera en la que se gozan las cosas en la tercera categor&amp;iacute;a del f&amp;uacute;tbol pseudoprofesional, de un poco m&amp;aacute;s de asueto, relajo, satisfacci&amp;oacute;n y sensaci&amp;oacute;n de que no hemos venido al mundo tan solo a hacer penitencia por tanto a&amp;ntilde;os de gloria y siete copas, condenados como Prometeo a ser atados con las cadenas del infortunio y que el &amp;aacute;guila de la deportiveada nos devore el h&amp;iacute;gado cada domingo, y, si&amp;eacute;ndonos pues concedida tal gracia, tener un premio al final de este largo y tortuoso camino de quienes habiendo hollado el cielo fueron arrojados al abismo y tienen ya las u&amp;ntilde;as negras de tanto ascender por las paredes de un volc&amp;aacute;n en llamas, dec&amp;iacute;amos, en fin, un poquito de por favor, que nos coja la fortuna de los carrillos, nos los estruje, nos mire a los ojos y, s&amp;iacute;, por fin, s&amp;iacute;, nos sonr&amp;iacute;a&amp;rdquo;. Que a ver, que nosotros no somos nada dram&amp;aacute;ticos y, si no puede ser, pues nada, pero que si s&amp;iacute; puede ser, pues mal, lo que se dice mal, no nos ven&amp;iacute;a. Es m&amp;aacute;s, hasta nos vendr&amp;iacute;a bien. Siete partidos quedan y, releyendo esto, algo nos dice que se nos van a hacer laaargos.</description>

¡Cuánto sufrimos, Martín!

CuántoSufrimosMartín

¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast. S08E12

APR 13, 2024199 MIN
¡Cuánto sufrimos, Martín!

¡Cuánto sufrimos, Martín! Podcast. S08E12

APR 13, 2024199 MIN

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C&oacute;mo de excepcional estar&aacute; siendo todo que el Deportivo nos arrincona, nos desarma y nos fuerza a hablar de aquello que llevamos ocho temporadas evitando porque la mejor manera de evitar el dolor es no pensar en &eacute;l. Y aqu&iacute; nos ten&eacute;is, obligados a hacer &iexcl;Cu&aacute;nto sufrimos, Mart&iacute;n! Podcast: The Football Episodes, una secuencia de programas alternativos a nuestra t&oacute;nica habitual en los que consumimos la mayor parte de minutos hablando de f&uacute;tbol, de c&oacute;mo se juega, de los resultados que se obtienen, de los acontecimientos en un rect&aacute;ngulo de c&eacute;sped que antes se nos asemejaba a una c&aacute;rcel de ilusiones y ahora parece una sucursal minifundista del para&iacute;so en la tierra, un espacio de posibilidades en el que el Deportivo gana partidos y nos proporciona algo que acaso los fil&oacute;sofos llamaron felicidad pero que Benjam&iacute;n y Manuel, mucho m&aacute;s modestos en sus aspiraciones mundanas, se conforman con bautizar como &ldquo;un momento de maldita calma en ocho a&ntilde;os de penurias, oh, dios m&iacute;o, s&iacute;, gracias, por fin, no somos dignos, aunque un poquito s&iacute; lo somos, acaso ser&iacute;a mucho pedir, no es por ambici&oacute;n sino por salud mental, prolongar esto durante tan solo siete partidos m&aacute;s y permitirnos gozar de la modest&iacute;sima manera en la que se gozan las cosas en la tercera categor&iacute;a del f&uacute;tbol pseudoprofesional, de un poco m&aacute;s de asueto, relajo, satisfacci&oacute;n y sensaci&oacute;n de que no hemos venido al mundo tan solo a hacer penitencia por tanto a&ntilde;os de gloria y siete copas, condenados como Prometeo a ser atados con las cadenas del infortunio y que el &aacute;guila de la deportiveada nos devore el h&iacute;gado cada domingo, y, si&eacute;ndonos pues concedida tal gracia, tener un premio al final de este largo y tortuoso camino de quienes habiendo hollado el cielo fueron arrojados al abismo y tienen ya las u&ntilde;as negras de tanto ascender por las paredes de un volc&aacute;n en llamas, dec&iacute;amos, en fin, un poquito de por favor, que nos coja la fortuna de los carrillos, nos los estruje, nos mire a los ojos y, s&iacute;, por fin, s&iacute;, nos sonr&iacute;a&rdquo;. Que a ver, que nosotros no somos nada dram&aacute;ticos y, si no puede ser, pues nada, pero que si s&iacute; puede ser, pues mal, lo que se dice mal, no nos ven&iacute;a. Es m&aacute;s, hasta nos vendr&iacute;a bien. Siete partidos quedan y, releyendo esto, algo nos dice que se nos van a hacer laaargos.