Lo mejor de las caras es lo variadas que son. Con el respeto, por supuesto —vaya por delante—, que les debemos a los doppelgängers, a los que sin embargo no apoyamos: en este programa celebramos la idea de que se le otorgue a cada cual una cara diferente, para, con ello, celebrar la diversidad en todas sus formas (ante todo, porque cada cual merece saber que, aunque no le guste su cara, es al menos única). Por eso este programa sólo puede escucharse, y no verse; si alguien no quiere darle al play, no nos importa qué cara tenga.
Aquí no hay discriminación, no... ¡Aquí hay dragones!