¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperar a otro? Ahora, en la cercanía de la Navidad, nos preguntamos si es a Él a quien esperamos, o si anhelamos otras cosas. La respuesta de Jesús para probar su mesianismo es que “se anuncia el Evangelio a los pobres”. Ellos son los que lo entienden, porque tienen hambre, frío... los ricos están ahítos. ¿Tengo hambre, sed, anhelos de Jesús? ¿O de sucedáneos? Las ansias de su amor han de ser nuestra ilusión.