<p><strong>====================================================</strong></p><p><strong>SUSCRIBETE</strong></p><p><a href="https://www.youtube.com/channel/UCNpffyr-7_zP1x1lS89ByaQ?sub_confirmation=1"><strong>hattps://www.youtube.com/channel/UCNpffyr-7_zP1x1lS89ByaQ?sub_confirmation=1</strong></a></p><p><strong>====================================================</strong></p><p><br></p><p><strong>DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES 2025</strong></p><p><strong>“HABLEMOS CLARO”</strong></p><p><strong>Narrado por: Mone Muñoz</strong></p><p><strong>Desde: Buenos Aires, Argentina</strong></p><p><strong>Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church<br>===================<br>|| www.drministries.org ||<br>===================<br><br>20 de Diciembre</strong></p><p><strong>Una lección de vigilancia</strong></p><p><em>"Aprendan de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca" (Mateo 24:32).</em></p><p>En la parábola de la higuera, Jesús nos enseña sobre la importancia de la vigilancia a partir de la imagen de las hojas incipientes de una higuera como señal de que se acerca el verano. Esta parábola nos anima a estar atentos a las señales de los tiempos y a prepararnos para la venida del Señor.</p><p>Así como podemos discernir el cambio de las estaciones al observar las tiernas ramitas y hojas de la higuera, debemos estar atentos a las señales que indican el cumplimiento de los planes de Dios. Esta atención nos ayuda a vivir con discernimiento espiritual, conscientes de la obra de Dios en el mundo y los tiempos en que vivimos.</p><p>La parábola nos recuerda también que debemos estar preparados en todo momento para el regreso de Cristo. No sabemos el día ni la hora en que regresará, pero nuestra disposición y fidelidad deben ser inquebrantables, mientras esperamos ansiosamente su venida. Se nos insta en 1 Tesalonicenses 5:6: "Por lo tanto, no debemos dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio".</p><p>La higuera de esta parábola no dio fruto, para tristeza de todo. Somos llamados a vivir vidas fructíferas. ¿Cómo? Permaneciendo unidos a Cristo, para dar el fruto del Espíritu, descrito en Gálatas 5:22 y 23: el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la bondad, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y el dominio propio.</p><p>La parábola nos anima a estar atentos, a discernir las señales de los tiempos y a vivir preparados para el regreso de Cristo. Al velar y orar, esforcémonos también por permitir que el Espíritu desarrolle su fruto en nuestra vida, para así reflejar mejor el carácter de Cristo cada día.</p><p>Oración: Padre celestial, ayúdame a estar atento y discernir las señales que revelan tu presencia y tus planes. </p>