93. Me cuesta hablar en público, ¿hay alguna solución?

FEB 10, 202218 MIN
Presento: Aprende a Hablar en Público e Impacta cuando Importa

93. Me cuesta hablar en público, ¿hay alguna solución?

FEB 10, 202218 MIN

Description

Me cuesta hablar en público, es una afirmación que puede que repitas cada vez que sale el tema de las presentaciones.

Pero la realidad es que tendrás que hacerlas, y por lo tanto, tratar de afrontar esa dificultad que crees que tienes para comunicar delante de otras personas.

Las técnicas para vencer el miedo de hablar en público no son milagrosas, pero si trabajas sobre una hoja de ruta cada vez que tengas que hacer una presentación, el miedo a hablar en público irá disminuyendo.

Esa hoja de ruta es la siguiente:

  1. Rebaja tus expectativas.
  2. Prepara bien tus discursos.
  3. Ensaya.
  4. Usa técnicas para controlar tus nervios

Veamos cada punto de esa hoha de ruta en detalle, para que agarres el miedo escénico del cuello de una vez y puedas dejar de pasarlo mal en cada presentación.

Rebaja tus expectativas

Voy a desvelarte un gran secreto de los grandes oradores:

Ellas y ellos también están nerviosos antes de hacer una presentación importante.

Claro, ¿cómo no van a estarlo?

Hablar en público es importante, y exigente, no es una situación cualquiera.

Si haces mal un examen escrito nadie te está mirando cuando dejas una pregunta en blanco o te equivocas en una respuesta, pero las presentaciones ocurren en directo, delante de muchas personas que te están observando fijamente.

Por eso es una situación ante la que el cuerpo reacciona, te pone alerta, activa tu sistema nervioso como si tuvieras que huir de un león en la sabana.

Y eso ocurre quieras o no quieras.

Estaría genial poderle decir a ese sistema nervioso que no produjera sudor, rojez o temblores al salir al escenario, pero resulta que es autónomo, vamos que va a su rollo sin que tú puedas hacer nada.

Bueno, esto no es del todo cierto, pero hablaremos de ello más adelante.

La cuestión es que no puedes aspirar a que esos signos no aparezcan cuando tengas que hacer una presentación.

  • No quiero sudar.
  • No quiero que me tiemblen las manos.
  • No quiero enrojecerme.

Si, si, estaría genial, pero eso no va a ocurrir en tus primeras intervenciones.

La clave es aceptarlo y rebajar tus expectativas al tener que hacer una presentación.

En lugar de esperar que ocurra lo anterior, puedes pensar en lo siguiente:

Lo voy a hacer a pesar de los nervios.

Eso es lo que piensan esos grandes ponentes, saben que los nervios estarán ahí, y tratan de convertirlos en adrenalina que les de energía para estar a tono en su intervención.

Su gran virtud es que lo consiguen, tu camino quizás algún día te lleve también ahí.

Pero por el momento, trata de que tu expectativa no tenga que ver con regular cuestiones que no están en tus manos.

Céntrate en aquello que si puedes controlar y adapta a ello lo que esperas que ocurra en tu ponencia.

Recuerdate los días previos a tu charla lo siguiente:

Lo voy a hacer a pesar de los nervios.

Y la segunda parada de nuestra hoja de ruta nos lleva a algo que definitivamente está bajo tu control…

Prepara bien tus discursos

Hace un tiempo me dolía bastante el cuello, a la altura de las cervicales.

Hubo un momento en que me dolía la cabeza casi a diario y tenía que tomarme un paracetamol para aliviarlo.

Era relativamente efectivo, pero cada vez que dejaba de tomarlo me volvía a doler el cuello y la cabeza.

Decidí visitar a un amigo fisioterapeuta y me dijo que me haría un masaje y que posiblemente mejoraría bastante, pero que si seguía con el mismo tipo de vida posiblemente el dolor volvería.

¿Qué puedo hacer? le pregunté.

Puedes hacer unos ejercicios de forma regular para fortalecer la musculatura de alrededor del cuello.

Me explicó los ejercicios, y empecé a hacerlos. Desde hace muchos meses los he hecho con la disciplina de un monje, y el resultado es que no he vuelto a tener dolor de cuello.

Cuando tienes que hacer una presentación se escuchan muchos consejos y trucos dirigidos a salir del paso.

Estupideces como:

  • Imagina al público desnudo.
  • No ensayes, porque no parecerás natural.
  • Toma una pastilla de X fármaco antes de tu intervención.

Vamos, la versión de mis paracetamoles pero rama dura, en el caso de las pastillas literalmente.

Pero los otros dos consejos también persiguen lo mismo, salir del paso sin ser consciente de que lo más importante que tienes que hacer es simple:

Preparar muy, muy, muy bien tus primeras presentaciones importantes.

Lo que necesitas en este punto son estímulos positivos.

Necesitas exponerte a la audiencia, estar nervioso, mucho incluso, pero aún así hacerlo bien.

Decirle a tu cabeza las veces que haga falta que existe una asociación que está bajo tu control, y es el hecho de que cuanto más prepares tu intervención mejor te saldrá.

Así de simple, y extrañamente olvidado por algunos ponentes nóveles.

Cuando sepas que tienes fecha para una presentación tienes que ponerte a currar en ella duro, y punto.

Como hago yo cada maldito día en el gimnasio, tienes que hacer tus ejercicios para fortalecer una parte de ti que requiere entrenamiento.

Y repito, cuando lo hagas, verás como sales airoso de la situación a pesar de los nervios, incluso verás que lo haces mejor que la media, y tu autoestima irá mejorando a cada intervención.

A la hora de preparar tus charlas tendrás que dominar la materia de tu presentación, por supuesto, pero también los básicos de la oratoria, para irlos integrando en tus discursos poco a poco.

Puedes darte de alta en Presento y descubrir todos los cursos de la plataforma, empezando por el más básico que tienes que dominar:

CURSO ESTRUCTURA DE UN DISCURSO

Presento.es

Aprenderás los fundamentos de la oratoria para que afines la creación de tus discursos, ganes tiempo y asegures que aquello que transmites es lo que tu audiencia recibe.

Y una vez lo hagas, una vez tengas tu presentación preparada y domines el contenido, lo tienes que ensayar.

Ensaya antes tus intervenciones

Nunca vayas a una presentación y que las palabras que salgan de tu boca lo hagan por primera vez en ese momento.

Si te cuesta hablar en público lo más probable es que los nervios te dificulten la fluidez de palabras.

Tú quieres hablar, de hecho puedes hablar, a tus amigos o familia les puede contar tus historias diarias durante horas, pero ese momento, ese maldito momento de tener una audiencia delante puede que seque tu cerebro y de tu boca salga, nada, o una serie de ideas inconexas que te acaban por hacer sentir ridículo o frustrado.

Por eso tienes que ensayar.

Para que tengas en mente un escenario ideal.

Ese escenario ideal es: que tu discurso te saliera igual que cuando lo recitas en voz alta en tu cuarto.

Pero ¿sabes qué? Eso no va a ocurrir.

Y esto nos devuelve al punto 1, adapta tus expectativas, en este caso, respecto a cómo será tu intervención.

El objetivo es que consigas acercarte lo máximo posible a la versión ensayada de tu discurso, no hacerlo exactamente igual, porque la situación no tendrá nada que ver.

El día de la presentación habrá nervios o situaciones no controladas con las que lidiar.

Me temo que puede que incluso te quedes en blanco o la presentación sea un desastre, sería un farsante si te vendiera una fórmula mágica con resultados seguros para que todo salga bien en tu presentación.

Pero aunque eso ocurra una vez, si insistes, si tienes por hábito preparar y ensayar tus charlas, entonces estoy seguro de que ese camino terminará contigo haciendo buenas presentaciones y no sufriendo tanto como puede que sufras ahora mismo.

Un ensayo sólido es además bastante sencillo:

  1. Lee tu texto en alto varias veces.
  2. Grábate en vídeo.
  3. Busca a alguien a quien presentarle tu discurso.

De nuevo, casi nadie ensaya así sus discursos, por eso lo siguen pasando tan mal en sus intervenciones.

Si tú lo haces de forma regular lo harás mejor que ellos, tus presentaciones serán de más calidad y poco a poco irá mejorando también tu habilidad para hablar en público, en paralelo con tu autoestima, como te he dicho antes.

Y por último, si haces todo lo anterior, pero el día de tu intervención aún te quieres morir de los nervios, hay un hábito que puede ayudarte parcialmente.

Usa ténicas para controlar tus nervios

He dicho parcialmente porque sería el mismo vende-chancletas-en-Siberia si te dijera que estás técnicas son milagrosas.

De hecho hay veces que la incapacidad de hablar en público es patológica, un tipo de fobia social, seguro que has oído hablar de la glosofobia, que es la incapacidad patológica de hablar en público.

Cuando es el caso, lo mejor es tratarlo con profesionales que saben de esto mucho más que yo, que son psicólogas o psicólogos.

Pero en los años que llevo formando en oratoria han pasado por mis clases cientos de personas y nunca he visto a una persona que pensara que no podría hablar en público jamás si se prepara y practica.

Y eso que he visto a personas adultas paralizarse, quedarse en un blanco tal que no podían ni decir su nombre, o incluso llorar.

Pero la mayoría de ellas han podido mejorar poco a poco cuando se han expuesto de forma controlada a la experiencia.

Por eso trabajo desde la premisa de pensar que todas y todos podemos aprender a hablar mejor en público.

Tú también, por supuesto.

Así que cuando llegue el día D y los nervios te atosiguen, y aparezcan temblores, sudores y palpitaciones propias de un corredor de los 100 metros libres, puedes tener una rutina para tratar de controlarlos.

Esa rutina puede implicar retirarte antes de tu charla a una sala o simplemente al baño, sentarte tranquilamente, y a pesar de esos síntomas, que los tendrás, hacer algún ejercicio de relajación o respiración.

Y sinceramente, el ejercicio que hagas dará igual, lo importante es que lo pruebes una primera vez, y después tengas el hábito de hacerlo siempre.

Por ejemplo, puedes hacer una respiración diafragmática, o puedes hacer una pequeña meditación, que suponga contar hasta siete y volver a empezar la cuenta durante unos minutos.

También puedes combinar ambas, o probar cualquier otro ejercicio de respiración, meditación, mindfulness o similares que conozcas.

En definitiva, el objetivo es crearte hábitos, que es de lo que has visto que va todo esto.

No hay fórmulas mágicas, pero sí hojas de ruta efectivas.

Empieza por rebajar tus expectativas, prepara bien tus discursos, ensaya todo lo que puedas y apoyate en esas técnicas para reducir los nervios el día de la presentación.

Con todo lo anterior empezarás a hacer mejores presentaciones cada vez, irás ganando autoestima y mejorando esto que es una habilidad, como andar en bici o cocinar.

Ánimo, y…¡a trabajar!

Recursos mencionados

Cursos para superar el miedo a hablar en público

La entrada 93. Me cuesta hablar en público, ¿hay alguna solución? se publicó primero en Presento.