Pastora Yesenia Then

<p>Esta mensaje se centra en el compromiso de <strong>representar a Dios con integridad</strong> en todos los aspectos de nuestra vida, haciendo hincapié en que ser un verdadero representante implica saber decir "no" incluso a cosas buenas si estas no forman parte del plan de Dios para nosotros.</p>

<p>Este mensaje de la pastora Yesenia Then trata sobre el principio fundamental de poner a Dios siempre en primer lugar para ordenar la vida y fortalecer el carácter. Explica que la verdadera autoridad espiritual y la paz provienen de renunciar a la autosuficiencia y vivir bajo la dirección y voluntad divina.</p>

<p><strong>Esta segunda parte </strong>desarrolla las tres estrategias restantes para la victoria:</p><ol><li><strong>Evitar el peligro:</strong> Reconocer la propia debilidad ("criptonita") y evitar activamente situaciones o personas que lleven a la distracción o al pecado.</li><li><strong>Conquista espiritual:</strong> Entender que la victoria física se logra primero por la fe en el espíritu; hay que creer y prepararse por lo que se ha oído de Dios, aun viendo solo una señal pequeña.</li><li><strong>Identificar y recuperarse:</strong> Ser honesto sobre la condición actual, tomar acciones necesarias, y <strong>cerrar ciclos</strong> del pasado (buenos o malos) para enfocarse en el futuro que Dios tiene.</li></ol>

<p>En esta primera parte, se detallan dos estrategias clave:</p><ol><li><strong>La respuesta amable calma el enojo:</strong> Se debe responder con mansedumbre para desactivar la ira y evitar ser provocado. El objetivo es <strong>ganar a la persona</strong>, no la discusión.</li><li><strong>No tomar decisiones por presión, sino por dirección:</strong> Se advierte contra la ansiedad y la prisa (como el error del Rey Saúl), aconsejando permanecer en obediencia a Dios, incluso cuando los plazos de tiempo hayan terminado.</li></ol>

<p>El mensaje se centra en la necesidad de edificar la vida sobre fundamentos y leyes divinas, destacando que los principios son el cimiento inamovible que sostiene el carácter, guía las decisiones y asegura el avance en el propósito de Dios.</p>