<description>&lt;p&gt;&lt;strong&gt;+ Del Evangelio según san Lucas +&lt;/strong&gt;&lt;br&gt;&lt;em&gt;En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: «Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria».&lt;/em&gt;&lt;/p&gt;&lt;p&gt;&lt;em&gt;Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.&lt;/em&gt;&lt;/p&gt;&lt;p&gt;&lt;br&gt;&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Palabra del Señor.&lt;/p&gt;
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+ Del Evangelio según san Lucas + En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: «Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria».Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí. Palabra del Señor.

A Pequeños Sorbos - Comentario de la Palabra del día de los Apóstoles de la Vida Interior

reflexiones sobre el Evangelio del lunes 24 de marzo de 2025 (Lc 4, 24-30)

reflexiones sobre el Evangelio del lunes 24 de marzo de 2025 (Lc 4, 24-30)

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