The Quarantine Tapes

“Lo que me conmovió profundamente de esta pandemia fue el amor y el esfuerzo de los operadores de salud, oficios que, muchas veces, son desvalorizados y están mal pagados. En la parte negativa, la mezquindad de los antivacunas y del desprecio a la ciencia de las derechas más brutales, utilizando la enfermedad y la muerte como escudo y herramienta de violencia”. “Durante esta pandemia, la Organización Mundial de la Salud solicitó a los laboratorios que suspendan las patentes para que todos puedan tener acceso a las vacunas, pero se negaron y muchos países centrales avalaron esa negativa. Esa, quizás, es una de las expresiones más oscuras y más necrófilas ligadas a cómo funciona el sistema de la mezquindad y el desprecio por la vida”. “Yo soy un argentino judío…creo que los dos atentados en Argentina se debieron al posicionamiento que había asumido el gobierno de Menem en relación a meterse en guerras a 15 mil kilómetros de acá…”. “En Israel, hay una derecha judía, a la que califico de cuasi fascista, que reprime a los palestinos…y genera un apartheid en los territorios ocupados de Cisjordania. Dichas prácticas son similares a las de los blancos en Sudáfrica y a la que aplicaron los ucranianos, entre el 2014 y el 2021, en Donbass, en el este de Rusia” “La batalla de Ucrania es el epílogo de la Segunda Guerra Mundial. Los sectores nazis ucranianos, históricamente, crueles que, entre otras cosas, asesinaron a un millón y medio de judíos en la Segunda Guerra Mundial, siendo parte de las tropas hitlerianas, la División Galitzia, son los que hoy gobiernan Ucrania, más allá de que Zelenski sea judío o no”. “Hay que construir otro mundo, donde todos puedan acceder al trabajo, a la educación y la salud y, obviamente, con el esfuerzo puedan hacer algo con lo que reciben de la humanidad”. “Yo conocí mucho a Natalio Alberto Nisman y siempre me pareció un chanta. Empezó con un juego con los servicios de inteligencia, trabajando para los fondos buitre. En algún momento, esos sectores le garantizaron protección y, después se la negaron…Desesperadamente, intentó conseguir un arma, se la pidió a cuatro personas, hasta que la consiguió. Su desesperación al haber estado colgado de un pincel lo llevó a esa decisión fatídica”.

“A lo largo de mi vida he atravesado momentos muy duros: En esas circunstancias, tomo el libro de salmos Tehilim y digo: “Dios, te entrego mi cuerpo, mi persona, lo que vos decidas está bien”. “Mi vida como cantante lírica es maravillosa, pero requiere una dedicación full time y estar muy bien emocionalmente, porque se canta con el alma. A esta vocación le tenés que entregar tu ser”. “Mi voz no es mía. Dios me presta el don para que ejerza este rol. En cada ser humano está la posibilidad de descubrir cuál es su rol en esta vida”. “Las cantantes somos seres muy sensibles. Cuando estamos sobre el escenario, si bien tenemos técnica y, algunos, la virtuosidad, es tu alma la que debe emocionar a la audiencia que pagó la entrada para verte”. “La soledad del arista es tremenda. Si bien te aplauden y te llenan el camarín de flores, al abrir la puerta de tu casa te espera la soledad”. “Sólo cuando fui mamá sentí que estaba tocando el cielo con las manos”.

“Al principio de la cuarentena, muchos capitanes y marineros reclamaron que dejen de tratarnos como leprosos, porque llegamos a sentirnos así. La verdad es que padecimos la pandemia, vivimos momentos de angustia… Sentirnos discriminados fue muy doloroso”. “La tecnología humanizó un montón nuestra actividad, porque cuando estás en una embarcación, no tenés buena vida. Tu alimentación es mala, el buque se mueve todo el tiempo y atravesás muchos temporales. Trabajamos en condiciones casi inhumanas. En esas circunstancias, recibir un WhatsApp de un familiar nos ayuda un montonazo”. “…A las 11.30 comienzo a manejar el busque y las maniobras de pesca. Mi función termina a las 23.30, siempre y cuando no pase nada fuera de lo común. He llegado a dormir sólo tres horas para continuar con mi tarea del día siguiente”. “Cuando era marinera, nos daban tres horas por día para cenar, dormir y desayunar. Ahora, por reglamentación, después de 24 horas de trabajo, te corresponden 8 horas de sueño…A bordo no tenés un día descanso”. “A veces, nos juntamos con colegas y decimos. “Se nos pasaron veinte años de nuestra vida arriba del barco y qué poco vivimos”. Este trabajo es cruel, aunque lo amamos, porque nos permitió desarrollarnos y ayudar a nuestro entorno...Cuando alguien me dice que le gustaría navegar, yo le respondo: “Mejor, buscate otra cosa”.

“El primer impacto de la pandemia fue durísimo. Me sentí muy mal anímicamente…Sufrí, me angustié, estuve muy triste…Cuando empecé a entender que esto nos estaba pasando a todos, comencé a usar las herramientas que tenía para salir de ese sacudón…Tardé. Me llevó un par de meses acomodarme psicológicamente para poder tomar cartas en el asunto”. “Atravesar esta pandemia fue un desafío muy grande, sobre todo para nuestros abuelos y nuestros padres mayores, porque los aisló, los puso en peligro y los afectó psíquicamente…En esas circunstancias, llegué a sentirme un poco madre de mi madre…”. “Por donde lo mire, siento que frente a lo que nos tocó vivir, fui una privilegiada. Siempre tuve en claro que a mucha gente esto los hizo pasar por momentos realmente dramáticos y a algunos les destruyó la vida”. “No tengo una mirada romantizada de los hechos. No creo que esto haga que el destino de la humanidad viré hacia otro lado. Pienso que toda la estructura que mueve al mundo sigue intacta. En todo caso, las personas tendrán la posibilidad de repensarse así mismas y de reconfigurar su propia forma de estar en el mundo”. “La pandemia nos hizo sentir la fragilidad de la vida, nos recordó que realmente somos muy frágiles, porque un virus puede llevarse todo puesto”. “Tenemos que repensar nuestra relación con el ambiente, con el clima, con lo que comemos y con las otras especies sintientes. Es indispensable salir de lo autorreferencial y de la cosa Yoica, del: “Yo, yo, yo” y pensar seriamente cómo nos relacionamos con todo lo que está vivo a nuestro alrededor”. “El arte y la cultura constituyen una enorme herramienta transformadora. Es muy importante entender que el arte provee de cosas que hacen a la salud y a la calidad de vida. Estas son cosas esenciales a la hora de intentar vivir mejor”. “Creo que el fracaso no existe, porque siempre está condicionado por el entorno y por la mirada del afuera y creo que el éxito es estar contento con lo que hacés”.

“Cuando se inició la cuarentena, sentí algo muy parecido a lo que pasa con los glaciares. Parecen estar quietos pero, por dentro, se están moviendo…Yo sentí que, en medio de esa calma mundial aparente, había un movimiento muy profundo, muy transformador y muy intenso”. “Durante la pandemia, aproveché para enfocarme en los proyectos, en sembrar para adelante. En mi caso, mi trabajo no paró porque la gente empezó a consumir cada vez más contenidos y tuve que escribir más que nunca…suena obsceno decirlo, porque cuando todo el mundo la está pasando mal, da culpa contar que está disfrutando, pero debo ser sincera con mi situación”. “Argentina tiene un excelentísimos nivel de profesionales de la industria audiovisual y actores que tienen un talento increíble. Nuestra industria debería ser muy pujante si tuviéramos políticas públicas que acompañen”. “Existe una parte de esta industria que quiere que a las mujeres nos vaya mal, porque quieren que sigamos siendo de nicho, para que molestamos a nadie, para que sólo nos movamos y hablemos entre nosotras, para que no seamos un peligro y no incomodemos a nadie…En esta industria, cuando un hombre fracasa con su proyecto, no dicen que todos los proyectos de hombres son un fracaso, sino que a ése le fue mal. En el caso de las mujeres, todo lo que puede ser usado en nuestra contra, es usado en nuestra contra”. “Nada se hace en soledad”.