<p>Italia vive uno de los mayores despliegues policiales de su historia.Sobre las seis de la tarde, el policía local Marco Ravaglia y el guarda forestal voluntario Valerio Verri vuelven a casa, cerca de Portomaggiore. Está a unos 40 kilómetros de Budrio, el lugar donde se cometió el homicidio de Fabri. Estos dos hombres no participan en el operativo de búsqueda del asesino. Para ellos es un día normal. Durante su turno, han atendido una denuncia por pesca ilegal.<br></p>