Con esta meditación llegamos al último capítulo de los Hechos de los Apóstoles y también del ministerio de Pablo. Después de haber apelado a Cesar, se trasladó a Roma de Cesarea Marítima en el año 60. Aunque estuvo bajo arresto domiciliario por varios años en Roma, Pablo siguió predicando y escribiendo. Una vida gastada en el servicio del Reino, el siervo fiel que invirtió sus talentos, y quien al arriesgar todo, ahora ve los frutos a pesar de todas las pruebas, fracasos, y dificultades que eso implica. Con confianza Pablo resume su ministerio con las palabras, “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.” (2 Timoteo 4:7)