<description>&lt;p&gt;Ulises sigue disfrazado de mendigo y Tel&amp;eacute;maco regresa a &amp;Iacute;taca. Aunque padre e hijo ya se han reencontrado en secreto, fingen no conocerse. Tel&amp;eacute;maco ordena llevar al &amp;ldquo;mendigo&amp;rdquo; al Palacio para mendigar, marcando as&amp;iacute; su paso definitivo a la madurez: toma decisiones, habla con autoridad, y se posiciona como heredero de Ulises.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Y en ese camino, ocurre uno de los momentos m&amp;aacute;s conmovedores de toda la literatura: el reencuentro de Ulises con su perro Argos.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Viejo, lleno de pulgas, abandonado sobre un mont&amp;oacute;n de esti&amp;eacute;rcol, ciego, apenas vivo&amp;hellip; pero fiel. Tan fiel, que reconoce a su amo despu&amp;eacute;s de veinte a&amp;ntilde;os, por la voz, por el olor, por el alma. No se levanta. No puede. Solo mueve la cola, echa las orejas atr&amp;aacute;s, y muere. Muere al cumplir su misi&amp;oacute;n: ver de nuevo a Ulises. Sin palabras, sin gestos grandilocuentes, Homero nos recuerda que la lealtad no necesita palabras.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;El canto XVII es ya la antesala de la venganza. Los pretendientes humillan a Ulises &amp;iexcl;en su propio Palacio! Uno de ellos, Ant&amp;iacute;noo, golpea al mendigo. Todo est&amp;aacute; por estallar. Homero es un genio del suspense. No hay serie que lo iguale&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Contamos con la colaboraci&amp;oacute;n del helenista, poeta y traductor de la &amp;ldquo;Odisea&amp;rdquo; de Homero, Juan Manuel Mac&amp;iacute;as.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Como no hay nada m&amp;aacute;s moderno que los cl&amp;aacute;sicos grecolatinos, les ponemos m&amp;uacute;sica actual. La banda sonora del canto XVII de la Odisea est&amp;aacute; formada por: &amp;ldquo;&lt;em&gt;The gravel road&amp;rdquo;&lt;/em&gt;, de James Newton Howard (de la pel&amp;iacute;cula &amp;ldquo;&lt;em&gt;The village&amp;rdquo;&lt;/em&gt;); &lt;em&gt;Romeo y Julieta&lt;/em&gt;, de Nino Rota (versi&amp;oacute;n Henry Mancini); &amp;ldquo;The dark knight&amp;rdquo; de Hans Zimmer&lt;/p&gt;&lt;p&gt;La imagen corresponde a la pintura &amp;ldquo;Ulises y Argos&amp;rdquo; de Briton Rivi&amp;egrave;re (1885)&lt;/p&gt;&lt;div&gt;&lt;br/&gt;&lt;a href="https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/ulises-argos-canto-xvii-odisea/16846384/"&gt;Escuchar audio&lt;/a&gt;&lt;/div&gt;&lt;img src="http://secure-uk.imrworldwide.com/cgi-bin/m?ci=es-rssrtve&amp;cg=F-N-B-TERNE-TERPROGR-TERMAGAZ-TESHORAA&amp;si=https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/ulises-argos-canto-xvii-odisea/16846384/" alt=""/&gt;</description>

Ulises y Argos. Canto XVII de la 'Odisea'

Ulises sigue disfrazado de mendigo y Telémaco regresa a Ítaca. Aunque padre e hijo ya se han reencontrado en secreto, fingen no conocerse. Telémaco ordena llevar al “mendigo” al Palacio para mendigar, marcando así su paso definitivo a la madurez: toma decisiones, habla con autoridad, y se posiciona como heredero de Ulises.Y en ese camino, ocurre uno de los momentos más conmovedores de toda la literatura: el reencuentro de Ulises con su perro Argos.Viejo, lleno de pulgas, abandonado sobre un montón de estiércol, ciego, apenas vivo… pero fiel. Tan fiel, que reconoce a su amo después de veinte años, por la voz, por el olor, por el alma. No se levanta. No puede. Solo mueve la cola, echa las orejas atrás, y muere. Muere al cumplir su misión: ver de nuevo a Ulises. Sin palabras, sin gestos grandilocuentes, Homero nos recuerda que la lealtad no necesita palabras.El canto XVII es ya la antesala de la venganza. Los pretendientes humillan a Ulises ¡en su propio Palacio! Uno de ellos, Antínoo, golpea al mendigo. Todo está por estallar. Homero es un genio del suspense. No hay serie que lo igualeContamos con la colaboración del helenista, poeta y traductor de la “Odisea” de Homero, Juan Manuel Macías.Como no hay nada más moderno que los clásicos grecolatinos, les ponemos música actual. La banda sonora del canto XVII de la Odisea está formada por: “The gravel road”, de James Newton Howard (de la película “The village”); Romeo y Julieta, de Nino Rota (versión Henry Mancini); “The dark knight” de Hans ZimmerLa imagen corresponde a la pintura “Ulises y Argos” de Briton Rivière (1885)

Locos por los clásicos - Ulises y Argos. Canto XVII de la 'Odisea'

<description>&lt;p&gt;Amigas que se cuentan secretos sexuales sobre un consolador, madres que arrastran a sus hijos a clase&amp;hellip; &amp;iquest;Hablamos de una serie actual? No. Estamos en Alejandr&amp;iacute;a en el siglo III a.C.(New York de la &amp;eacute;poca) y el autor es Herodas.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Este poeta griego del periodo helen&amp;iacute;stico escribi&amp;oacute; unos breves textos en verso llamados &lt;em&gt;mimiambos&lt;/em&gt;: peque&amp;ntilde;as escenas de la vida cotidiana, tan reales y provocadoras que parecen sacadas de una serie contempor&amp;aacute;nea. Lejos de la &amp;eacute;pica o la tragedia, Herodas retrata un mundo donde se habla de deseo, de frustraci&amp;oacute;n, de educaci&amp;oacute;n, de amor, de placer&amp;hellip; y de consoladores. S&amp;iacute;, tambi&amp;eacute;n de eso.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;En este podcast recuperamos alguno de sus textos m&amp;aacute;s geniales: el mimiambo del &amp;ldquo;maestro de escuela&amp;rdquo;, con una madre implacable que exige disciplina para su hijo vago y cr&amp;aacute;pula, o un el c&amp;eacute;lebre &amp;ldquo;consolador colorado&amp;rdquo;, donde dos mujeres mantienen una conversaci&amp;oacute;n fresca, desinhibida y completamente desacomplejada sobre un consolador que pasa de mano en mano y le llega desgastado a la propietaria.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Herodas nos ofrece un retrato lleno de vida, donde lo dom&amp;eacute;stico se convierte en teatro, lo sexual en humor, y lo cotidiano en literatura. Escuchar estos textos es asomarse por la mirilla a una casa griega de hace 2300 a&amp;ntilde;os&amp;hellip; y encontrarse con algo sorprendentemente actual.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Como no hay nada m&amp;aacute;s moderno que los cl&amp;aacute;sicos grecolatinos, les ponemos m&amp;uacute;sica actual. La banda sonora de los Mimiambos de Herodas est&amp;aacute; formada por:  &amp;ldquo;Il ragazzo della via gluck&amp;rdquo; de Adriano Celentano; &amp;ldquo;These boots are made for walking&amp;rdquo;  de Nancy Sinatra; &amp;ldquo;Ma che freddo fa&amp;rdquo; de Nada Malanima; &amp;ldquo;The Typewriter&amp;rdquo; de Leroy Anderson y la  &amp;ldquo;Danza de las horas&amp;rdquo;  de la &amp;oacute;pera &amp;ldquo;La Gioconda&amp;rdquo; de  Amilcare Ponchielli&lt;/p&gt;&lt;p&gt;La imagen corresponde a una cer&amp;aacute;mica griega del V aC. &amp;ldquo;Dos mujeres en el ba&amp;ntilde;o&amp;rdquo;. Se encuentra en el MET de New York&lt;/p&gt;&lt;div&gt;&lt;br/&gt;&lt;a href="https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/sexo-cotilleo-mimiambos-herodas/16846348/"&gt;Escuchar audio&lt;/a&gt;&lt;/div&gt;&lt;img src="http://secure-uk.imrworldwide.com/cgi-bin/m?ci=es-rssrtve&amp;cg=F-N-B-TERNE-TERPROGR-TERMAGAZ-TESHORAA&amp;si=https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/sexo-cotilleo-mimiambos-herodas/16846348/" alt=""/&gt;</description>

Sexo y cotilleo. Los mimiambos de Herodas

Amigas que se cuentan secretos sexuales sobre un consolador, madres que arrastran a sus hijos a clase… ¿Hablamos de una serie actual? No. Estamos en Alejandría en el siglo III a.C.(New York de la época) y el autor es Herodas.Este poeta griego del periodo helenístico escribió unos breves textos en verso llamados mimiambos: pequeñas escenas de la vida cotidiana, tan reales y provocadoras que parecen sacadas de una serie contemporánea. Lejos de la épica o la tragedia, Herodas retrata un mundo donde se habla de deseo, de frustración, de educación, de amor, de placer… y de consoladores. Sí, también de eso.En este podcast recuperamos alguno de sus textos más geniales: el mimiambo del “maestro de escuela”, con una madre implacable que exige disciplina para su hijo vago y crápula, o un el célebre “consolador colorado”, donde dos mujeres mantienen una conversación fresca, desinhibida y completamente desacomplejada sobre un consolador que pasa de mano en mano y le llega desgastado a la propietaria.Herodas nos ofrece un retrato lleno de vida, donde lo doméstico se convierte en teatro, lo sexual en humor, y lo cotidiano en literatura. Escuchar estos textos es asomarse por la mirilla a una casa griega de hace 2300 años… y encontrarse con algo sorprendentemente actual.Como no hay nada más moderno que los clásicos grecolatinos, les ponemos música actual. La banda sonora de los Mimiambos de Herodas está formada por:  “Il ragazzo della via gluck” de Adriano Celentano; “These boots are made for walking”  de Nancy Sinatra; “Ma che freddo fa” de Nada Malanima; “The Typewriter” de Leroy Anderson y la  “Danza de las horas”  de la ópera “La Gioconda” de  Amilcare PonchielliLa imagen corresponde a una cerámica griega del V aC. “Dos mujeres en el baño”. Se encuentra en el MET de New York

Locos por los clásicos - Sexo y cotilleo. Los mimiambos de Herodas

<description>&lt;p&gt;Volar. Algo que parec&amp;iacute;a imposible para los humanos. Pero D&amp;eacute;dalo, el gran inventor ateniense, fabric&amp;oacute; unas alas con las que pod&amp;iacute;a volar. Lo hizo para escapar del encierro en Creta, donde el rey Minos lo hab&amp;iacute;a retenido tras construir el Laberinto del Minotauro. A su lado, su hijo &amp;Iacute;caro.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;El mito, contado magistralmente por Ovidio en el libro VIII de &lt;em&gt;Las Metamorfosis&lt;/em&gt;, nos habla de un padre que dise&amp;ntilde;a con amor y precisi&amp;oacute;n unas alas verdaderas, no po&amp;eacute;ticas ni simb&amp;oacute;licas, sino mec&amp;aacute;nicas, funcionales. Y de un hijo que, llevado por la hybris, desobedece la advertencia paterna: no volar ni demasiado alto ni demasiado bajo.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;&amp;Iacute;caro, cegado por la soberbia, sube demasiado&amp;hellip; El sol derrite la cera que sujeta las plumas, y el muchacho cae al mar y muere.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Como todos los mitos tiene una lecci&amp;oacute;n moral. Es una advertencia que sigue m&amp;aacute;s viva que nunca. El mito de &amp;Iacute;caro nos ense&amp;ntilde;a que la inteligencia humana &amp;mdash;esas alas que inventamos para ir m&amp;aacute;s lejos&amp;mdash; necesita siempre del contrapeso de la &amp;eacute;tica y de la prudencia. &amp;Iacute;caro representa, la hybris, la soberbia de quien no tiene l&amp;iacute;mites&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Y esta lecci&amp;oacute;n est&amp;aacute; hoy m&amp;aacute;s vigente que nunca. Pensemos en la inteligencia artificial, en la biotecnolog&amp;iacute;a, en la ingenier&amp;iacute;a gen&amp;eacute;tica: avances que abren nuevas alas a la humanidad, pero que deben volar con sensatez. Porque el progreso sin &amp;eacute;tica puede terminar, como &amp;Iacute;caro, desplom&amp;aacute;ndose sobre la humanidad.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Como no hay nada m&amp;aacute;s moderno que los cl&amp;aacute;sicos grecolatinos, les ponemos m&amp;uacute;sica actual. La banda sonora del mito de &amp;Iacute;caro est&amp;aacute; formada por: &amp;quot;Por ti volar&amp;eacute;&amp;quot; de Andrea Bocelli&amp;quot;; Volare&amp;quot; de Domenico Modugno; &amp;quot;Flying Without Wings&amp;quot; de Westlife y &amp;quot;High&amp;quot; de Lighthouse Family.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;La imagen corresponde al cuadro &amp;ldquo;La ca&amp;iacute;da de &amp;Iacute;caro&amp;rdquo; de Jacob Peeter Gowy (1636)&lt;/p&gt;&lt;div&gt;&lt;br/&gt;&lt;a href="https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/icaro/16835960/"&gt;Escuchar audio&lt;/a&gt;&lt;/div&gt;&lt;img src="http://secure-uk.imrworldwide.com/cgi-bin/m?ci=es-rssrtve&amp;cg=F-N-B-TERNE-TERPROGR-TERMAGAZ-TESHORAA&amp;si=https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/icaro/16835960/" alt=""/&gt;</description>

Ícaro

Volar. Algo que parecía imposible para los humanos. Pero Dédalo, el gran inventor ateniense, fabricó unas alas con las que podía volar. Lo hizo para escapar del encierro en Creta, donde el rey Minos lo había retenido tras construir el Laberinto del Minotauro. A su lado, su hijo Ícaro.El mito, contado magistralmente por Ovidio en el libro VIII de Las Metamorfosis, nos habla de un padre que diseña con amor y precisión unas alas verdaderas, no poéticas ni simbólicas, sino mecánicas, funcionales. Y de un hijo que, llevado por la hybris, desobedece la advertencia paterna: no volar ni demasiado alto ni demasiado bajo.Ícaro, cegado por la soberbia, sube demasiado… El sol derrite la cera que sujeta las plumas, y el muchacho cae al mar y muere.Como todos los mitos tiene una lección moral. Es una advertencia que sigue más viva que nunca. El mito de Ícaro nos enseña que la inteligencia humana —esas alas que inventamos para ir más lejos— necesita siempre del contrapeso de la ética y de la prudencia. Ícaro representa, la hybris, la soberbia de quien no tiene límitesY esta lección está hoy más vigente que nunca. Pensemos en la inteligencia artificial, en la biotecnología, en la ingeniería genética: avances que abren nuevas alas a la humanidad, pero que deben volar con sensatez. Porque el progreso sin ética puede terminar, como Ícaro, desplomándose sobre la humanidad.Como no hay nada más moderno que los clásicos grecolatinos, les ponemos música actual. La banda sonora del mito de Ícaro está formada por: "Por ti volaré" de Andrea Bocelli"; Volare" de Domenico Modugno; "Flying Without Wings" de Westlife y "High" de Lighthouse Family.La imagen corresponde al cuadro “La caída de Ícaro” de Jacob Peeter Gowy (1636)

Locos por los clásicos - Ícaro

<description>&lt;p&gt;Eneas ya no navega. Ha llegado al Lacio. Y con &amp;eacute;l, los troyanos pisan por fin la tierra prometida. El libro VII de la &lt;em&gt;Eneida&lt;/em&gt; marca un antes y un despu&amp;eacute;s: aqu&amp;iacute; empieza la segunda parte del poema. Lo que antes era un viaje lleno de tormentas y profec&amp;iacute;as, ahora se convierte en tierra, alianzas&amp;hellip; y guerra.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Todo comienza con un funeral y un banquete. Eneas y sus compa&amp;ntilde;eros troyanos se comen las mesas. Con eso se cumple la profec&amp;iacute;a de que es as&amp;iacute; donde deben quedarse. Este es su destino. El rey Latino acoge a Eneas y le ofrece la mano de su hija, Lavinia. Pero no todos lo celebran. Turno, el prometido local y rey de los r&amp;uacute;tulos, se consume por los celos. Pero no todos lo celebran. La diosa Juno, siempre enemiga de los troyanos, desata a la furia Alecto para sembrar el caos. Y lo consigue. Amata enloquece, Turno arde de orgullo, un ciervo herido basta para encender la chispa. El rey Latino se resiste, pero Juno abre las puertas del templo de Jano. La guerra empieza.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Y lo que viene es una lista de h&amp;eacute;roes, pueblos, armas. Un cat&amp;aacute;logo como el de la &lt;em&gt;Il&amp;iacute;ada&lt;/em&gt;. Se prepara el escenario de una guerra que fundar&amp;aacute; un imperio. La &lt;em&gt;Eneida&lt;/em&gt; ya no es un poema de aventuras. Es un relato de poder, identidad, y destino. Porque aqu&amp;iacute;, en el canto VII, comienza Roma.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Como no hay nada m&amp;aacute;s moderno que los cl&amp;aacute;sicos grecolatinos les ponemos m&amp;uacute;sica act&amp;uacute;a, la banda sonora del canto VII de la &amp;ldquo;&lt;em&gt;Eneida&lt;/em&gt;&amp;rdquo; est&amp;aacute; formada por &amp;ldquo;Elegy&amp;rdquo; de Lisa Gerrard, &amp;ldquo;O Verona&amp;rdquo; de Craig Armstrong y &amp;ldquo;Time&amp;rdquo; de Hans Zimmer.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;La imagen corresponde al cuadro &amp;ldquo;Eneas llega al Lacio&amp;rdquo; de Gerard Hoet (siglo XVIII).&lt;/p&gt;&lt;div&gt;&lt;br/&gt;&lt;a href="https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/libro-vii-eneida-eneas-llega-lacio/16825762/"&gt;Escuchar audio&lt;/a&gt;&lt;/div&gt;&lt;img src="http://secure-uk.imrworldwide.com/cgi-bin/m?ci=es-rssrtve&amp;cg=F-N-B-TERNE-TERPROGR-TERMAGAZ-TESHORAA&amp;si=https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/libro-vii-eneida-eneas-llega-lacio/16825762/" alt=""/&gt;</description>

Libro VII de la 'Eneida': Eneas llega al Lacio

Eneas ya no navega. Ha llegado al Lacio. Y con él, los troyanos pisan por fin la tierra prometida. El libro VII de la Eneida marca un antes y un después: aquí empieza la segunda parte del poema. Lo que antes era un viaje lleno de tormentas y profecías, ahora se convierte en tierra, alianzas… y guerra.Todo comienza con un funeral y un banquete. Eneas y sus compañeros troyanos se comen las mesas. Con eso se cumple la profecía de que es así donde deben quedarse. Este es su destino. El rey Latino acoge a Eneas y le ofrece la mano de su hija, Lavinia. Pero no todos lo celebran. Turno, el prometido local y rey de los rútulos, se consume por los celos. Pero no todos lo celebran. La diosa Juno, siempre enemiga de los troyanos, desata a la furia Alecto para sembrar el caos. Y lo consigue. Amata enloquece, Turno arde de orgullo, un ciervo herido basta para encender la chispa. El rey Latino se resiste, pero Juno abre las puertas del templo de Jano. La guerra empieza.Y lo que viene es una lista de héroes, pueblos, armas. Un catálogo como el de la Ilíada. Se prepara el escenario de una guerra que fundará un imperio. La Eneida ya no es un poema de aventuras. Es un relato de poder, identidad, y destino. Porque aquí, en el canto VII, comienza Roma.Como no hay nada más moderno que los clásicos grecolatinos les ponemos música actúa, la banda sonora del canto VII de la “Eneida” está formada por “Elegy” de Lisa Gerrard, “O Verona” de Craig Armstrong y “Time” de Hans Zimmer.La imagen corresponde al cuadro “Eneas llega al Lacio” de Gerard Hoet (siglo XVIII).

Locos por los clásicos - Libro VII de la 'Eneida': Eneas llega al Lacio

<description>&lt;p&gt;Ulises sigue oculto en la caba&amp;ntilde;a del porquerizo Eumeo. A&amp;uacute;n nadie sabe qui&amp;eacute;n es. Pero en este episodio, el XVI de la &lt;em&gt;Odisea&lt;/em&gt; de Homero, todo empieza a cambiar: Tel&amp;eacute;maco regresa por fin a &amp;Iacute;taca. Atenea lo gu&amp;iacute;a hasta la caba&amp;ntilde;a. All&amp;iacute;, padre e hijo se encuentran. Despu&amp;eacute;s de veinte a&amp;ntilde;os de guerras, naufragios y ausencias, el momento ha llegado. En una humilde caba&amp;ntilde;a de pastores, lejos de los lujos del palacio, padre e hijo se reencuentran. Ulises, a&amp;uacute;n disfrazado de mendigo, se revela ante Tel&amp;eacute;maco. El joven no lo cree. Tiembla. Duda. Se abrazan. Lloran. Y empiezan a planear juntos c&amp;oacute;mo recuperar lo que es suyo.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Mientras tanto, en el palacio, los pretendientes preparan una emboscada. Creen que Tel&amp;eacute;maco sigue solo. No saben que Ulises ha vuelto, ni que la venganza est&amp;aacute; cerca.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Este canto marca un punto de inflexi&amp;oacute;n en la obra. La historia entra en su recta final. Los protagonistas se unen. Y el lector sigue la trama con m&amp;aacute;s tensi&amp;oacute;n que nunca. Y es que no hay intriga m&amp;aacute;s potente que la &lt;em&gt;Odisea&lt;/em&gt;.  En &lt;em&gt;este Locos por los cl&amp;aacute;sicos&lt;/em&gt; dedicado al episodio XVI de la &lt;em&gt;Odisea&lt;/em&gt; contamos con la colaboraci&amp;oacute;n el helenista y traductor de la obra, Juan Manuel Mac&amp;iacute;as.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;Como no hay nada m&amp;aacute;s moderno que los cl&amp;aacute;sicos grecolatinos, les ponemos m&amp;uacute;sica actual. La banda sonora del canto XVI de la &lt;em&gt;Odisea&lt;/em&gt; est&amp;aacute; compuesta por &lt;em&gt;Time&lt;/em&gt; de Hans Zimmer para la pel&amp;iacute;cula &lt;em&gt;Origen&lt;/em&gt; de Christopher Nolan, &lt;em&gt;Father and Son&lt;/em&gt; de Cat Stevens y &lt;em&gt;Star Sky&lt;/em&gt; de Thomas Bergersen.&lt;/p&gt;&lt;p&gt;En la imagen el &lt;em&gt;Reconocimiento de Ulises y Tel&amp;eacute;maco &lt;/em&gt;de Henri-Lucien Doucet 1880 en la Ecole Nationale Sup&amp;eacute;rieure des Beaux-Arts de Par&amp;iacute;s.&lt;/p&gt;&lt;div&gt;&lt;br/&gt;&lt;a href="https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/encuentro-entre-ulises-telemaco/16801894/"&gt;Escuchar audio&lt;/a&gt;&lt;/div&gt;&lt;img src="http://secure-uk.imrworldwide.com/cgi-bin/m?ci=es-rssrtve&amp;cg=F-N-B-TERNE-TERPROGR-TERMAGAZ-TESHORAA&amp;si=https://www.rtve.es/play/audios/locos-por-los-clasicos/encuentro-entre-ulises-telemaco/16801894/" alt=""/&gt;</description>

Ulises y Telémaco se encuentran. Canto XVI de la Odisea

Ulises sigue oculto en la cabaña del porquerizo Eumeo. Aún nadie sabe quién es. Pero en este episodio, el XVI de la Odisea de Homero, todo empieza a cambiar: Telémaco regresa por fin a Ítaca. Atenea lo guía hasta la cabaña. Allí, padre e hijo se encuentran. Después de veinte años de guerras, naufragios y ausencias, el momento ha llegado. En una humilde cabaña de pastores, lejos de los lujos del palacio, padre e hijo se reencuentran. Ulises, aún disfrazado de mendigo, se revela ante Telémaco. El joven no lo cree. Tiembla. Duda. Se abrazan. Lloran. Y empiezan a planear juntos cómo recuperar lo que es suyo.Mientras tanto, en el palacio, los pretendientes preparan una emboscada. Creen que Telémaco sigue solo. No saben que Ulises ha vuelto, ni que la venganza está cerca.Este canto marca un punto de inflexión en la obra. La historia entra en su recta final. Los protagonistas se unen. Y el lector sigue la trama con más tensión que nunca. Y es que no hay intriga más potente que la Odisea.  En este Locos por los clásicos dedicado al episodio XVI de la Odisea contamos con la colaboración el helenista y traductor de la obra, Juan Manuel Macías.Como no hay nada más moderno que los clásicos grecolatinos, les ponemos música actual. La banda sonora del canto XVI de la Odisea está compuesta por Time de Hans Zimmer para la película Origen de Christopher Nolan, Father and Son de Cat Stevens y Star Sky de Thomas Bergersen.En la imagen el Reconocimiento de Ulises y Telémaco de Henri-Lucien Doucet 1880 en la Ecole Nationale Supérieure des Beaux-Arts de París.

Locos por los clásicos - Ulises y Telémaco se encuentran. Canto XVI de la Odisea

En este podcast compartimos la lectura de los clásicos latinos y griegos.

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