<p><strong>Jack y Kate</strong> están escondidos entre los arbustos discutiendo (como siempre) mientras miran el cadáver de Daniel, recién abatido. No tienen tiempo para procesarlo porque aparecen unos Hostiles a caballo que les apuntan con rifles. Bienvenidos al club de los secuestrados, versión Dharma.</p><p>En el campamento, <strong>Eloise Hawking</strong> revisa el diario de su hijo muerto y descubre, horrorizada, que está escrito con su propia letra. </p><p>Mientras tanto, <strong>Sawyer y Juliet</strong> están en la oficina de seguridad de Dharma. <strong>Radzinsky</strong>, que ya se ha coronado como el jefe más insoportable del año, los interroga a golpes. Sawyer aguanta los puñetazos con su típico sarcasmo, hasta que Phil, con cara de psicópata reprimido, golpea a Juliet. Entonces Sawyer deja el modo irónico y pasa al modo rabia asesina.</p><p>Por otro lado, <strong>Hurley, Miles y Jin</strong> intentan huir hacia la playa, pero se topan con <strong>Pierre Chang</strong>, que les pregunta si realmente vienen del futuro. </p><p>Mientras tanto, Chang vuelve a los Barracones y detiene los trabajos del Cisne, pero Radzinsky, en su línea, se cree el emperador del mundo y se niega. Sawyer, viendo la oportunidad de salvar el pellejo, propone un trato: si deja que él y Juliet se marchen en el submarino, les contará lo que quieran saber. Radzinsky acepta, Sawyer dibuja un mapa falso de los Hostiles y los manda directos al desastre.</p><p>En el río, Eloise, Jack y Kate se preparan para bucear hasta el túnel donde está la bomba. Kate, harta del plan suicida, se marcha, pero uno de los Hostiles intenta detenerla. De repente, un disparo: el hombre cae muerto. <strong>Sayid</strong> aparece, dramático como siempre. Se une al grupo, aunque cree que ya han cambiado el futuro porque mató a Ben. Kate le aclara que Ben está vivito y coleando. Ella se va para avisar a los demás de que estos locos quieren detonar una bomba.</p><p>En los Barracones, el altavoz anuncia la evacuación. <strong>Miles, Hurley y Jin</strong> observan escondidos cómo la gente sube al submarino, incluyendo a <strong>Charlotte</strong> y a su madre. También ven a <strong>Lara Chang</strong> y al pequeño Miles, mientras Pierre grita enfadado (pero en realidad los está salvando). Finalmente llegan Sawyer y Juliet, esposados, listos para salir de la Isla. Sawyer intenta aliviar la tensión diciendo que comprará acciones de Microsoft. Juliet finge una sonrisa y se agarra de su mano. Todo es casi romántico… hasta que Phil mete a <strong>Kate</strong> en el submarino esposada con ellos. Juliet pone cara de “por favor, no otra vez”. El submarino parte mientras los tres comparten un silencio incómodo.</p><p>En los túneles, Eloise, Jack, Richard y Sayid llegan hasta <strong>Jughead</strong>, la bomba de hidrógeno. Eloise la destapa y pregunta: “¿Y ahora qué?” Silencio total. Nadie tiene idea. Muy tranquilizador.</p><p>Sun le enseña a Richard una foto de los reclutas Dharma de 1977 y le pregunta si reconoce a alguien. Richard, sin rodeos: “Sí. Los vi morir a todos.” Sun se queda helada.</p><p>El trío dinámico se adentra en la selva. Locke anuncia que van a visitar la avioneta nigeriana (la del contrabandista y las estatuas de heroína) y luego a <strong>Jacob</strong>. Richard, resignado, lo sigue. En el lugar del accidente, Locke le ordena que cure la herida de un hombre que está a punto de llegar… y resulta ser <strong>Locke del pasado</strong>, el que viajaba en el tiempo. Paradoja servida.</p><p>De vuelta en el campamento, Locke convoca a todos los <strong>Otros</strong> y anuncia que irá a ver a Jacob, invitándolos a acompañarlo. La multitud está emocionada, salvo Richard y Ben, que se miran como diciendo “esto no va a acabar bien”. </p><p>A la mañana siguiente, el grupo parte hacia la cabaña de Jacob. En el camino, Ben le dice a Locke que Richard no se siente cómodo con la visita, pero él insiste en que deben hacerlo. Luego, como quien no quiere la cosa, Locke le suelta su verdadera intención: “No quiero ver a mis amigos. Voy a matar a Jacob.”</p><p>Ben se queda helado. Locke sigue caminando como si acabara de decir “voy al súper”. Y así termina: con un Locke resucitado que se proclama líder, Richard cada vez más nervioso, y la promesa de una cita mortal con Jacob en el horizonte.</p>