Paulino Fernández era un hombre reservado, pero bueno, de la pequeña aldea de Surribas, en Chantada. Cuidaba a su esposa minusválida y ayudaba a cualquiera que requiriera de él. Un día, sin mediar causa conocida, cogió el cuchillo de matanza y un hacha y atacó a todos los que se cruzaron en su camino, asesinando a 7 y dejando heridos a 15. Después, se suicidó prendiéndole fuego a su casa con él dentro.

Learn more about your ad choices. Visit megaphone.fm/adchoices