Antes las mujeres decían: “¡tengo siete hijos y todavía me sobra energía para atender la casa!”.Hoy decimos: “con uno… ¡y gracias!”.No es flojera, es que la vida cambió, los sueldos no alcanzan, el tiempo no existe y la paciencia… está en vías de extinción.¿Será que ya no queremos hijos o que el mundo nos dejó sin ganas? A ver, opiná: ¿estamos más cómodas… o más cansadas?